miércoles, 30 de mayo de 2007

ZEN & ZERO

Camellea el colillero rebosante
y el humo que ha quemado los temblores
aplaca los rumores de mi pecho
alimentandolos de música de viento
Ese silbido amarillo del desierto
clavándose en su punta de pirámyde
abriendo socavones como lagos
de macadamia negra
que azulea mis preguntas
y las respuestas

3 comentarios:

Alejandra Dening dijo...

El humo aplaca
(pero nunca
al viento azul
del desconcierto)

ELPULGARZITO dijo...

Bienvenida Mrs. Dening.
Gusto de tener tu palabra de distinguida poetisa de papel-uchos

Anónimo dijo...

las colillas me gustan, no porque fume, porque acuden a morir con sus hijos en los ceniceros.

posdata: en gustos musicales es posible que nunca coicidamos,no me lo tengas en cuenta